febrero 26, 2009

Subway




Sentado en la banca un joven negro. Negrísimo estaba comiéndose su subway. Él era un constructor, pues su uniforme habló (¿?). A cada mordisco un silencio. Solo él, su masticar y yo. A veces una hoja inoportuna caía del árbol. Yo, el leve ruido de la hoja, su masticar y él. Nada más.
El silencio de hoy aprecía y bajaba lento, justo cuando el joven se terminó su sándwich.
Ese momento fuera parecía el centro del atardecer.
Ni el leve ruido del viento jadadeaba. Un silencio pulcro y exacto se nos vino encima.Mordisco. tragar.
Pasaron algunos minutos y sorpresivamente, tal cual lo cuento, vimos un ovni. Ni él quiso esforzarse por hablar español, ni yo inglés; así que decidimos comentar el gran suceso en francés (¿?). Seguro, pensé, ambos desearíamos tener un amigo en ese momento, para sorprendernos, comentar, gritar y brincar; todo eso es lo que se espera ante estos asuntos multirraciales. Decidimos hacernos amigos. El ufo se quedó un buen rato exhibiéndose para nosotros. Se fue porque se espantó con el ruido del trolley. Después nos acompañamos juntos hasta palm avenue. Platicamos bastante. Recuerdo que me dijo que le preocupaba la imagen que de nosotros dos se llevarían los alienígenas.
Te hubieras quitado el casco, le dije.

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